La libertad en las alas

La libertad en las alas

La esquina

La esquina

Y me quedé mirando distraído su espalda
cuando daba vuelta a la esquina,
mientras mis pensamientos y emociones
oscilaban en una combinación extraña de sentimientos.  
Creí que las despedidas
serían cada vez más soportables
pero que equivocado estaba.
Aún su perfume endulzaba el aire,
mientras recordaba lo que hace una hora acababa de pasar.
¡Tranquilo! corazón impaciente, me dije,
las horas no serán eternas, en ansiosa espera, nunca más,
porque volverás a sentirla,
cerca, tibia, suave, perfecta, así como es ella.
Pero seguía allí hipnotizado por el frío de la noche
y la soledad profana que aún me acecha.
Ni siquiera mire el reloj pero conté los minutos,
todavía podía sentir el gusto de esos labios en despedida.
Fue por un impulso que me moví,
un auto suena corriendo por el pavimento, que no se queja
y así mi cuerpo fue empujado por el magnetismo de su llamado.
Cuando me di cuenta,
doble la esquina, esa tan mía,
como su cuerpo.
Sólo unos pasos, con mi mirada esculcando sombras
y los perros que ladraban en los patios de las casas.
Allí estaba ella con sus ojos sorprendidos
por el alivio de mi presencia,
ella me esperaba, sintiendo lo mismo que yo,
estiró los brazos en bienvenida
y nunca olvidaré esa sonrisa
que sólo expresaba alegría.
Me acerque agitado, temeroso, pues no comprendía
eso tan fuerte, que me envolvía,
la tomé de la cintura aferrándola a mi cuerpo,
no dijo nada y sólo me besó como en un secreto.
La tome de la mano
y caminamos por la tenue luz de los faroles
porque fue ese día, en esa esquina,
que nos enamoramos
y en esta vida,

jamás nos separamos.

Prefacio de una pregunta

Prefacio de una pregunta

Las rocas no sangrarán,
pero mi cuerpo sí lo hace,
mientras mi corazón vibra
porque te siente, mujer
aún cuando estamos distantes,
porque la existencia es traviesa
y su arlequín, el destino,
es un gran bromista.

Quiero brindarte mis palabras
que delatan a esta alma enamorada,
esperanzada,
por compartir
lo que a mi vida le falta.

Ya no tengo secretos,
tu amor es mi único deseo
y no encuentro consuelo
si no me refugio en tu cuerpo.

Bailaré entre sueños
esperando las respuestas
a mis incertidumbres,
y no habrá temores
cuando dibujemos,
recuerdos con los besos,
esos mismos,
que nos acobijaron en secreto.

Ahora,
la luz está en mi casa,
las paredes
no simulan mas una prisión,
tengo encendido el corazón
y se mueve con el ritmo
de tu respiración.

Hoy, es un momento especial,
ya no me voy a acobardar,
no dejaré a mi alegría escapar,
porque tengo algo muy importante,

que te quiero preguntar…  

Caramelo

Caramelo

Cuando lo ves cerrado puedes
imaginar qué gusto va a tener,
pero igual lo deseas.
Lo tomas muy sutilmente y lo desvistes
lo liberas,
de la prisión de su envoltorio.

Cuando lo acercas a tus labios,
ya el aroma se vuelve intenso,
invitándote a lo goloso
que puede ser el deseo.
Lo apoyas en tu legua
invitándole a jugar en tu boca,
la cual sabe de placeres.

Las papilas se excitan,
el paladar ya no puede esperar
a la golosina sensual,
que puede llegar a ser,
esa sensación que esperabas,
la que más te hace sentir elevada.

Y es por eso que lo has elegido,
lo haces bailar entre dientes
buscando derretirlo,
disolverlo,
disfrutando,
de la esencia del azúcar,
de lo que promete ser alimento.

Es una emoción que te pasea
por la gloria de saber amar a lo dulce,
y si acaso por algún motivo,
te lo han prohibido
es cuando más lo disfrutas
sintiendo el placer
de romper las reglas otra vez,
buscando a tu ansiedad complacer.
Con un caramelo,
que despierta tu sed,
porque sabes que te comes su ser,
y siempre te queda…

el sabor de su piel.

Mientras crece

Mientras crece

El cielo se abre,
para que el sol abrace al mundo,
los bosques esperan impávidos
detrás de la ciudad.

 Tú miras a los pájaros
esquivar antenas enclavadas
en los grises edificios,
donde hay tantas historias mezcladas.

Sueñas con romper espejismos
para que la realidad renazca
y los sueños no se desvaloricen,
porque dicen que lo cursi ya no esta moda.

Las nubes viajan al sur,
se desvanece el aroma a lluvia
y en tu balcón deshojas una flor,
distraída,
tu mente viaja por imágenes
y pensamientos errantes
mientras en tu vientre
crece el amor.

Palabras certeras

Palabras certeras

Qué hermoso es sentir
como tu piel me llama.
Tengo este fuego,
y necesito de una hoguera.
Así es como me siento a tu lado,
amor sin escrúpulos,
a la hora de sentir.
¿Por qué habría de tener vergüenza
si por una caricia, gemir?
Me veo a tu lado
columpiando mi cuerpo
dejando que las desdichas
queden a un costado.
Amado me siento,
por tus letras certeras
que llenan este vacío
dejado,
por la maldad sin reglas.
Cariño desolado,
pero siempre anhelado.
Cómo se apacigua mi cuerpo
cuando te tengo a mi lado.
Mujer de pasión
sometida a la libido de los besos.
Sólo quiero encontrar el momento
donde sentirme perpetuo.
Que bello puede ser el amor
si a tu lado he encontrado el perdón,
de este corazón insolado
por los rayos de la poesía,
esa tan viva,
que me deja sonrojado.

Explorándote

Explorándote

Tu mirada se enfrenta a la almohada
y mis manos inquietas
quieren colonizar tu cuerpo.

La aventura de mis dedos
empieza por las cataratas de tu pelo,
bajando suavemente
por la playa de tu espalda.

Siguen en viaje hacia tus dunas
por el camino de tu cintura,
para bajar,
por las pendientes de tus piernas,
con la avalancha incontrolable
de mis caricias.

Y así tu mundo rota sobre su eje
develando su otro hemisferio al sol
y te muerdo los labios
para arrancarte el sabor de un beso
calmando el capricho ardiente de mi boca.

La expedición se torna lenta
en la marea de tu cuello,
para abrirse paso
por medio del sendero de tus cerros,
llegando acalorado a tu valle abdominal,
donde calmo la sed que me provocas
en el oasis de tu ombligo.

Siguiendo mí camino enloquecido
al paraíso terrenal,
la tierra tiembla,
cuando me acerco a la tempestad de tu pubis,
donde mis manos llegan a la cúspide
en la selva húmeda de tu Edén,
allí, donde la esencia del placer
aflora para que mi exploración termine
encontrando ese tesoro
que yo llamo mujer.

Luna de Agosto

Luna de Agosto

Luna despierta,
llena, completa
que regalas tu pálido cristal
e invitas a un suspiro a viajar.

Luna de Agosto
que quiebras la noche,
abriendo entre nubes
un camino angosto,
uno tan preciso
que le permite a mi pluma jugar,
allí donde al papel
le hace falta intimar.

Luna de destellos prestados
que reflejan como adornos
el rocío sobre campos labrados.

Vieja luna, nunca sola estás
el azul de la tierra
te acompaña a brillar
y jamás te cansas,

de hacernos soñar.