La libertad en las alas

La libertad en las alas

Y nada más

Y nada más

Siento frío,

envuélveme con tus piernas
y atrapa mis suspiros con tu boca
de sabores infinitos.

Encierra a mis sueños en tu pubis,
para que perduren por siempre
en tus pétalos abiertos de margarita,
que por primera vez,

descubren la lujuria del sol.

Tienes en ti,
todo lo que define mi existir;

permite que mis delirios
se devoren con sus orgasmos
y deja que tu piel
se derrita entre mis manos.

Mi carne entera desespera por tenerte,

azul de noche,
sonido del mar,
la luna se ruboriza
y las cortinas bailan
con la intrusa brisa,
así como mi cuerpo
danza sobre tu cuerpo.

Terminas hirviendo,
pero volveré a empezar,
para saborear de nuevo
ese sudor que nos brota,
como fruto de pasión que nos remonta,
como lo dulce que nos hace uno,
tan solo uno,

y nada más…

De Sol Elk

El sonido de los besos

El sonido de los besos

Rayo de luz
como caricia de mujer
que nutres mis tormentos
magullando mi piel,
por el deseo de tenerla.

Noche infame
que me consumes solitario,
ten piedad de este sordo latido
que me encuentra enamorado.

Medianoche de pulcra quietud
tengo esperanzados a mis labios
que claman por un beso extasiado,
dejando a todos mis instintos, alborotados.

Mágica extravagancia de pasión
que apresas mis sentidos,
estoy entregado por completo
al calor de sus instintos.

Su sensualidad me invade poderosa
yo tengo a mi alma celosa
porque persiste la ansiedad
de que mi boca entre sus piernas,
delire golosa.

El lento juego del misterio
que descubre sus secretos
¡gime el tesoro encontrado!
y todo su cuerpo sobre mi
con su pavor, convidado.

El camino de los labios
la marcan con espasmos
dejando adrede descubierto,
donde anida la lascivia.

Las horas se consumen profundas
y viaja entre los dos
el calor liberado,
el amor desatado,
en la nocturna lujuria
con la temperatura que crece
y entre caricias nos abruma.

Después, el silencio,
solo queda el sonido de los besos,
las sábanas descansan,

y los amantes que se abrazan…

De Sol Elk