Lo inconcluso

Lo inconcluso

¡Hola!
Siéntate,
que vas a tomar?
¡Mozo! por favor un café.
Quería verte
para decirte tantas cosas,
pero seré breve.
………………………………….
Ella me miro
con un gesto de interrogación,
sus ojos venosos
todavía por el sueño
parecían no parpadear.

El sol escurridizo
en el ventanal
iluminaba con un bello brillo
los reflejos de su pelo.

Estaba maquillada
su piel todavía sonrosada,
me hipnotizaba
con toda clase de sensaciones,
sus manos tan dóciles
tomaron la taza
y la llevaron
a esa boca
que tantas veces
fue mi perdición,
esos labios rojos
sensualmente entreabiertos
me tentaban a pecar
por milésima vez.

Debo ser fuerte, me dije,
estoy aquí,
o mejor dicho,
ambos estamos aquí
por una razón.

Con su voz sutil,
pero poderosa como el trueno
me pregunto,
cuál era el motivo de la cita,
me di cuenta de su curiosidad
pero detrás podía ver cierto temor.
……………………………………….
Debo decirte,
que contigo la vida me sonríe,
que las noches son eternas
encerrado en tu paraíso,
que tu corazón es la miel
que me nutre de emoción,
que tu cuerpo
es donde navego sin brújula
porque me guían tus estrellas,
que la lluvia ya no me da nostalgia
porque estas a mi lado,
que la incertidumbre ya no me asusta
porque contigo todo es aventura.

Quiero que sepas
que mi alma esta adherida a tu vida
y aunque la vida sea cruenta
y no siempre divertida
me siento seguro,
me siento contenido,
me siento entusiasmado
por un porvenir contigo.

Espero ya lo sepas,
los inviernos fueron cálidos,
los veranos bañados de romance,
la primavera un renacer constante,
y tu estación favorita,
el otoño,
se convirtió en la frecuente excusa
para que reine el amor.

Quería que lo supieras,
debía desahogarme,
pues con todas mis fuerzas,
de ti estoy enamorado,
pero no me dolerán los olvidos
y nuestras fotos
permanecerán conmigo
haciendo inmóvil al tiempo.
………………………………
Llame al mozo y pagué
ella quedo atónita,
preguntándose de todo esto el por qué.

No temas, le dije,
todo está bien,
en esta mesa
mis sentimientos te dejé.

Me levante para irme
y con un intenso
fuego en el estomago
me acerque y la besé,
yo te amo, le dije,
pero lo nuestro…

no puede ser.

De Sol Elk