Mis manos son esclavas de tu cuerpo
déjame quedar toda la noche.
Puedes hallarme a veces tropezando
con las arboledas humanas
de almas con caras.
Pero donde estés vos,
allí será mi casa.
La primavera viene retrasada
pero igual me arrojo a tus secretos
y busco vagar sin riendas,
desde tus pies hasta tus pechos.
Mas allá de la ventana
la oscuridad está repleta de ojos,
muchos brillan y otros parpadean,
mientras adentro,
busco calentar mi aliento.
Estoy libre de todo disfraz
pero mi boca es esclava de tus besos,
estoy completo de deseos
y vacio de mentiras.
Deja que me quede toda la noche
y sabrás que mi piel habla con verdad.
Y cuando el libro de poemas
tenga sus hojas amarillentas
entenderás que la vida
es una constante apuesta;
todos queremos ganar,
pero sólo contigo,
me entrego a su vendaval.
De Sol Elk
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