La libertad en las alas

La libertad en las alas

El anhelo desvanecido

El anhelo desvanecido

Tengo lunas despiertas
y atardeceres sin sentido,
vivo un solo destino
que me lleva a dónde vas tú.

Nunca una queja tendré de la vida,
pues cada experiencia,
siempre fue bien vivida.

El estar en este mundo
es una cascada que nutre nuestro pasar
y yo he sido el que más se ha alimentado
por el transcurrir de su caudal.

Te amé sin miedos,
pero con incertidumbres,
quise estar seguro de todo
pero nunca lo estuve de nada.

Te enseñé a volar
y no digas que no,
tú me enseñaste a sentir
y jamás podré decir,
que no fue así.

Habité entre rincones
donde no llegaba la luz
estaba feliz en mi jaula,
porque mi carcelera eras tú.

Suprimí mis dolores,
creyendo que jamás volverían;
y así mis demonios
tuvieron su fatal despedida.

Pero el destino es,
y así es,
como se puede pensar
que uno hace su andar?
eso solo sería posible
si no existirá nadie más.

Ahora cultivo esperanzas
y primaveras soñadas,
tal vez sean solo sueños
pero ruego que no pesadillas,
pues tengo el alma dormida,
en espera de tu beso,
o de aquel solo suceso
que me devuelva la plenitud
porque no solo sirve la juventud
sino también ser parte de tu vida
ser parte de tu comedia,

y de tu eterna ingratitud.

De Sol Elk

Poco a poco

Poco a poco

Y así,
con la luz apagada
la busqué con mis manos,

en la penumbra,

descubriéndola,
palmo a palmo, piel a piel
y latido a latido
con cada argumento sensorial
y la punta de mis dedos,

que la sabían encontrar.

Y así,
mi boca como guía
poco a poco
lento y despacio,

la ropa fue cada vez menos
y desparramada por el cuarto.

Me poseía,
una sensación tan ardiente
al jugar mi lengua por su cuello,

ella se estremecía
mientras el aroma de la carne
y su humedad
me invadían.

Besarla,
era como acercar los labios a la brasas,
y con la ansiedad
que me mordía el alma
por poseerla plena
mientras las llamas,

crecían en la cama.

La luz seguía apagada,
ella me gemía al oído,
jadeaban los sentidos,
el cielo estaba dormido…

mi cuerpo se arrullaba a su calor
y mi corazón desesperado,
entre las sábanas...

aullaba por su amor.

De Sol Elk