Donde rige la locura
Tu boca me necesita
y acudo presuroso
al hechizo del deseo
y al fervor de un secreto.
Rige ésta pasión,
que obliga a mi piel
el pedir,
de tu amor,
que profana mi carne
con caricias errantes,
perdidas en este momento,
donde siento,
cada impulso de tu respirar,
sobre mis labios
ardidos
por el jugo de tu mar.
Bailas con tu cuerpo
enrojecido,
irritado,
que reclama a mis manos,
el recorrido sensual,
para obligarte a gemir,
para obligarte a danzar,
sin pausa,
con prisa,
con el desenfreno
que estimula…
a la sangre explotar.