EN MI ESFERA ATRAPANTE - CUENTO

Aquí les dejo un cuento, que espero les guste. Y les agradecería me hagan llegar sus comentarios (buenos y malos) porque vuestras opiniones y sensaciones me interesan.

En mi esfera atrapante

      No tengo memoria de mi vida antes de esto. Ni un solo recuerdo, solo haber despertado aquí. En este mundo oscuro que me hace delirar, no sé si estoy ciego o  es esta inmensa oscuridad que me envuelve. Un lugar con sonidos y palabras de mucha angustia, con muchas voces y muchas palabras y sin embargo, pocas que han dicho parecen de amor, creo que en algún momento hablaron de dinero.

-¡Oh! ¡Dios mío, estoy secuestrado!-

-¡Hola! ¡¿Hay alguien?!-

      No logro comprender del todo su idioma, hay muchos extraños sonidos, ¿serán esos sonidos el penar de almas en fuego? ¡Sí! es el infierno, porque a mí, ya me parece eterno.

      Desperté una vez más y me sentí extraño, pero este lugar tiene un calor acogedor, no lo entiendo.

      Cada día que pasa escucho voces, ruidos que no logro descifrar, junto con la sensación de movimientos que me hacen danzar en este espacio tenebroso y al mismo tiempo, mágico, como las aguas revoltosas de una pequeña marea.

      Siento el latir de un corazón, ¡bah! creo que parece un corazón, ¡y late al compás con el mío, ¡es cierto! ¡Lo he comprobado! Late a ritmo con el mío, es una locura, alguien está cerca, pero no puedo ver a esa persona.

-¿Quién es?-

-¿Qué quieres?-

-¡Sácame de aquí!-

-¡Ayuda! ¡Ayuda!-

      Nada, silencio…

      Tengo miedo, es un dulce temor, es extraño, no lo sentí el primer día de ese modo.

      De repente, esas voces que no reconozco, pero que a la vez suenan familiares, saludándome, diciéndome algo que no comprendo. ¿Estaré desquiciado? Creo que estoy enloqueciendo.

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      Estoy atrapado hace meses, pero yo, me siento encerrado toda una vida, estoy solo, pero no estoy solo, ¡lo sé! Es una locura, por lo menos ya entiendo mejor lo que dicen la voces, hablan de cosas que no conozco, pero logro enterarme mejor de algunas cosas, cuando se las explican a alguien más, alguien más está aprendiendo sus mórbidas vidas. Allí… Afuera.

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      Aprendí a vivir, en esta prisión que parece una esfera. En cautiverio aprendí a no quejarme, a aguantar. Vivía feliz  y sin problemas, ni preocupaciones.

      Desde hace unos días siento que todo cambia.

      Un día, me sacaron de mi hogar, me despojaron de mi sutil cariño maternal. Pasaba las horas sin sentir esta hambre, ahora solo tengo un vacío famélico  y demasiada sed. Tengo frío y mucho miedo, este nuevo lugar no es lo ideal para mí. Me siento cansado, y solo me sale llorar y lamentar como si estuviese pidiendo que me devolvieran a mi anterior morada.

     Pero ahora, sí ahora, soy libre, pero no soy libre, aquí la locura siempre va en aumento, esas voces de angustias se hicieron tremendas, las cosas que escucho… aturdiéndome…

-Una camisa de fuerza, por favor.-

      Aprendí a amar a mi celda, a ese lugar oscuro donde me tenían secuestrado.

-Como extraño mi cama tan cómoda; como extraño mis caricias sin pedirlas.-

      Pasaba mis días en penumbras y lo disfrutaba mucho.

      Ahora solo está esa luz enceguecedora que me lastima los ojos, me duele todo el cuerpo.

      Rostros y figuras que no conozco, pero me hablan, no dejan de hablar. Voces extrañas que me nombran y no reconozco el nombre.

      No quiero codicias, ni envidias.

      No quiero rencor ni mentiras.

      No quiero sentir el dolor y el padecer del mundo.

      Sin guerras ni muertes, solo vida y amor.

      Quiero estar contento, sin estafas, ni promesas vacías ni morbosas. Ladrones e injusticia.

      Solo ansío aquellos suaves latidos, sin el contacto con lo poroso del existir, paz y silencio, sin bullicio, ni tensiones del alma.

      Pensaba que todo seguiría impoluto y el aire puro, sin respirar humo y sin bañarme en sangre. No soy yo.

-¿A dónde estoy?-

      Estaba cómodo en mi lecho,

-¡Quiero volver!-

-¡Tengo miedo!-

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      Alguien me toma de la cabeza y me arranca de mi paraíso,

-¡Suéltame maldito!!!-

     Me golpean, me lastiman.

     Y grito, derramo mi sufrimiento, me doblo y babeo. ¡Hay sangre! Gritos de dolor, alguien llora, alguien intenta dar ánimo y fuerza, ¿qué pasa?

     Vivía feliz en mi celda de ensueño hasta que me dijeron:

-¡Bienvenido al mundo, bebé!-