La libertad en las alas

La libertad en las alas

Cómo si no lo supieras

Cómo si no lo supieras

Mis manos tienen el recuerdo
de tu piel humedecida.

Mis manos
saben cada punto de tu cuerpo
donde te seduce la lujuria.

Mis manos son artesanas
de tus sentimientos,
cuando liberas gemidos al viento.

Mis manos corren las sabanas
descubriendo el amanecer,
en la irritada desnudez de tu ser.

Mis manos son las que sientes,
cuando desde abajo,
voy buscando el camino a tus labios.

Mis manos son las que le dan
la sensibilidad viva,
a tu corazón engreído.

Mis manos son las que llevan
a tu cándida miel
hasta mi boca.

Mis manos,
que porque estamos unidos,
también son tus manos
son las que desatan al pecado
durante los días…

y la noche.

(Cómo si no lo supieras)

De Sol Elk

Aquí estas

Aquí estas,

desnuda para mi,
acompañándome esta noche,
haciendo que mi corazón
sólo esté dispuesto para ti.

Lo dócil también puede ser intenso
así como el amor cobra vida,
con lo ansioso de su tormenta.

Mis labios locos
son insaciables cuando se trata de ti
y mis manos tiemblan incontrolables
al conocer tu tacto,
y la sugestión de tu piel.

Pasión nacida en ti;
estoy con mi alma plena y descalza,
mis suspiros revolotean
codiciando tu calor

y mi carne se desgarra sin dolor
cuando te acercas,
blandiendo viva tu emoción…

Aquí estoy.

De Sol Elk

Bendita tú

Bendita tú

Bendita sea tu mirada,
porque son tus ojos,
los que me arrullan el alma.

Bendito sea el destino
que en tu navegar, te hizo encallar,
en mi vida, con la suerte del atino.

Benditas son tus manos
que alivian mis heridas, rescatando
a mis lágrimas, de los crueles pantanos.

Benditos sean tus labios
que me cubren de besos,
cuando son los colmillos de la soledad,
los que me tienen al acecho.

Bendita es tu risa
que rompe con la oscuridad inquieta,
iluminando a mi ser escondido,
cuando la existencia opaca su brillo.

Benditos son tus cabellos
que me reciben como aposento,
hipnotizándome con su perfume
cuando te hago el amor y sueño.

Benditas sean tus piernas
y la suavidad de tus caderas
porque mi piel tiene el calor de ese muelle
donde no zozobro, por la pasión refulgente.

Bendito sea el tiempo
por cada segundo
que compartes conmigo,
liberando a su felicidad
al ave salvaje que hay en mi corazón,
aprendiendo a volar,

aprendiendo del amor.

De Sol Elk