Recorrida
El aire hiede
la madera cruje,
el tiempo ya no es rey
solamente tú y yo
porque ya no rige su ley.
Nos apretamos,
nos unimos,
saboreamos
nos prometemos
ilusiones y fechorías.
Ya soy tuyo
¡qué me importa la cordura!
Me aferro al deseo
me aferro a tus hombros,
mis manos dibujan en tu cadera,
tus labios conjugan verbos en placer.
Contornos recorridos
tu cuerpo sobre el mío
suspendido,
tu último suspiro,
tu último sonido es un gemido…
y te desarmas sobre mí.