La carta que no fue
Un recóndito silencio
puede llevarte
por penurias imborrables,
por sombras
de amores pasados,
de relaciones inconclusas
y poemas olvidados.
Puedes quebrantar leyes
y romper fronteras
con rosarios rotos
y rodillas lastimadas,
buscando una respuesta
en la empatía
que te da la soledad.
Puedes quedarte impávidamente
en aquellos lugares
donde las personas
riman tradición con traición,
puedes ser un luciérnaga
entre mosquitos,
la musa de una canción
y la belleza
de una primavera enajenada.
Pero también puedes
darle una oportunidad
de redención a mi vida
y secar tus lágrimas
con mi corazón,
sencillamente,
permitiendo que nuestro amor
se revele en su emoción.