Las sombras de los edificios
se estiran sobre la tarde,
mis pasos sin destino
dejan huella en los muslos de la ciudad.
Todas las miradas desconfiadas
parpadean aventuradas en la soledad,
las manos sobreviven sin caridad,
y yo me hundo en un sueño sin detener mi caminar.
No queda vacilación en la providencia
porque el pasado esta cautivo
dentro de esta alma que no puedes liberar.
¿Acaso hoy llegaras distinta?
Yo enumero cada beso,
cada cielo opaco de tu ausencia fantasmal.
Aprendí que la nostalgia existe
y sus brazos son los trazos invisibles
de la hondura en vendaval.
A veces me arrimo a la alegría cuando estas
y el mundo entero se vuelve amoroso
para que el dolor se deje gobernar.
La luna es previsible, porque sé que llegará
acaso tú vendrás con ella?
o entre el frio de las estrellas te deberé buscar?
El sol por fin escapa…
Siempre es medianoche en algún lugar
y mis manos esperan,
a que acabes de llegar…
De Sol Elk
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