Con el alma embravecida
Tu rostro se ruboriza de una forma sutil,
tus manos se acercan a las mías,
mis pupilas se dilatan,
y me reflejo en tus ojos,
que me matan.
La mirada se agudiza,
pues estas conmigo,
y de una manera salvaje,
te siento como mi presa
cubierta por el encaje.
Sentirte me provoca sensaciones,
que hacen leve al corazón,
porque reprime su ímpetu,
esperando un desenlace,
para de forma especial,
derramarse.
Tengo el alma embravecida,
pues te amo, joven gota de rocío
que le diste buen sabor a mi vida,
cuando la hipócrita maldad,
me atacaba,
lastimándome sin piedad.
Desde hoy tu piel
siempre será mi meta,
alucinar con hacerte mía,
alguna vez,
sería mi felicidad completa.
Quiero enjugar tus lágrimas,
caricia al viento,
donde podrá volar la poesía,
amarnos siempre será el principio
de la más osada fantasía.
Jamás terminará la noche,
porque somos dueños de la pasión,
de esta locura en tormenta
que de amor nos alimenta.
La serena madrugada
nos visitará, y por fin
nos encontrará abrazados,
así como en un sueño…
enamorados.
De Sol Elk
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