La libertad en las alas

La libertad en las alas

Mi Alondra

Mi Alondra

Alondra de medianoche,
que socabas las sutilezas,
cuando te derramas por mi piel,
como una lágrima.

Estrepitosa marea
que llegaste hasta las costas
de mi vida.

Me guiaste siempre con tu canto
cada vez que me perdí,
entre bosques de pensamientos
y orillas lejanas.

Amor mío,
cuanto puede ser
el valor de una caricia,
cuando más la necesito.

Porque siempre estuviste allí,
cada vez que el dolor
me hacía en soledad enmudecer,
pero contigo,
lo que más profundamente aprendí,
es que no hace falta quitar la ropa…

para desnudar a una mujer.

De Sol Elk

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