La libertad en las alas

La libertad en las alas

Llegaste

Llegaste

Cuando llega la primavera a mi cama,
con sus alas,
las bandadas de caricias
migran desde el alma
y retoñan los labios
con el mágico dulzor,
de un beso dado con pasión.

Cuando llega la primavera a mi cama,
se marchitan las nostalgias
y nacen frescos brotes de amor
agarrándose muy fuerte
de lo que promete
cada nuevo sol.

Cuando llega la primavera a mi cama,
las sábanas tocan tierra
en medio de la feroz tormenta,
que provoca la excitación.

Cuando llega la primavera a mi cama,
las hojas son rociadas con sudor
y el jardín creado,
es regado sin apremios, ni pudor,
calentando amorosamente el aire
que se envicia de calor.

Cuando llega la primavera a mi cama,
el perfume del misterio
hace sonrojar la piel,
quemando por completo la sangre
cuando el sentir empieza a arder.

Cuando a mi cama
llegas primavera,
un trance famélico me atrapa,
mis pensamientos esquivan a la razón;
todo en mí explota
con la vorágine de lo impensado
y salpicando de fantasías,
todo lo que he deseado.

Primavera en mi cama
que me haces perder la noción de la vida,
pues naufrago con todo mi cuerpo
al degustar cada momento
en que me acechas,
obligándome sin conciencia
a precipitarme, venciendo las paciencias.

En mi cama
eres la monarca,
de todo lo que encierran los abrazos,
de lo sabroso y lo gozado,
de lo constante y lo alocado,
de cada tramo de mi ser y sus espasmos
de mi felicidad y de mis manos.

Cuando al fin llega
la primavera a mi cama,
es porque llegas tú,
así hermosa y despeinada,
así desnuda y entregada
a este corazón,
que tenía frío…

hasta que te conoció.

De Sol Elk

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